Museos Vaticanos

La inhumación se llevaba a cabo según una praxis ritual de ceremonias, sacrificios y banquetes fúnebres semejante a la prevista para la incineración. Se preparaba el cuerpo del difunto para la sepultura con sus mejores vestidos de colores, como si todavía participase del mundo de los vivos; sus familiares, en cambio, manifestaban el dolor del luto usando vestidos oscuros.
Las opciones en las prácticas de sepultura, que por costumbre se orientaban hacia la incineración, gradualmente incluyeron la inhumación. En un mismo sepulcro podían encontrarse ambas prácticas de sepultura. Ejemplo de ello es el sepulcro de rito mixto n. 4, que tiene una forma irregular para respetar las sepulturas anteriores y en su interior, además de las ollas cinerarias, presenta en el piso un sarcófago figulino para infante y en las paredes tres arcosolios, o bien nichos arqueados bajo cada uno de los cuales había un espacio para acoger a más de un difunto inhumado.