Museos Vaticanos

Cuatro tumbas de cámara son de notable interés desde el punto de vista decorativo. En efecto, son bastante grandes como para permitir que haya articuladas decoraciones en estuco y delicados frescos que siguen las particiones arquitectónicas.
El sepulcro III destaca por la calidad de su decoración en estuco: la bóveda se divide en recuadros alternados con tondos con figuras volando, máscaras y rosetas; los nichos, en cambio, presentan en relieve escenas inspiradas en los mitos griegos relacionados con la Muerte y el mundo de los Infiernos (Ulises en el Hades, Medea y las Pelíades).
El columbario II, que es el último que se añade a esta serie de tumbas, tiene en su lado del fondo un nicho mayor que los otros, con la bóveda plasmada en estuco en forma de concha, motivo decorativo frecuente en los sepulcros de este período; el resto del nicho está pintado de rojo y blanco. Las otras paredes, articuladas en nichos en dos niveles, muestran frescos con figuras de pajaritos, sarmientos vegetales y motivos florales.