Museos Vaticanos

En la necrópolis de la Vía Triumphalis entre las tumbas de grandes dimensiones hay que recordar la tumba de cámara VIII. Este sepulcro se señala porque procuró un elevado número de sarcófagos, así como por su larga continuidad de uso, desde su construcción entre el año 200 y el año 220 d.C. Después de las primeras sepulturas dentro de las formae, muy pronto ocuparon la cámara sepulcral numerosos sarcófagos de mármol colocados en el pavimento de mosaico; el peso de estas cajas marmóreas llegó incluso a hundir la alfombra musiva, que ya fue objeto de una restauración en época antigua. En efecto, se trató de reparar, con teselas blancas y negras a granel, las lagunas de la escena figurada en la que Dioniso ebrio se encuentra rodeado de amorcillos vendimiando.
Encargaron este sepulcro miembros de una familia acomodada de la sociedad romana que, según la titulación de uno de los sarcófagos, se califica como perteneciente a la clase ecuestre. El sepulcro, por tanto, es un ejemplo de bienestar económico y social de la clase medioalta de la antigua Roma.