Adolfo Wildt, Pio XI

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Adolfo Wildt, Pio XI
Adolfo Wildt, Pio XI
Sala 3. Milán e Italia septentrional

 El crítico milanés Enrico Piceni definía los retratos de Adolfo Wildt «retratos de ideas, no de hombres: y por eso de una terrible semejanza». A propósito de este extraordinario busto marmóreo el mismo Piceni, después de preguntarse si representaba a Pío XI, respondía: «No, a la Iglesia Apostólica Romana. Un bloque majestuoso y estático como una catedral; desaparece casi el rostro del hombre bajo el peso enorme de la tiara torreada; y el anillo de Pedro es más importante que la mano que lo lleva». Adolfo Wildt lo realiza en 1926 —año en que se convierte en Profesor de escultura en la Academia de Brera— sin ningún encargo de parte del Vaticano, que tardará nada menos que cuarenta años en aceptarlo. Obra de la madurez de este extraordinario virtuoso del mármol, el gran busto se expone en la Bienal de Venecia de 1926, en el centro de la rotonda, debajo de la cúpula realizada por Galileo Chini.