Museos Vaticanos

Desde el principio de los años sesenta, el pintor Hans Hartung uno de los exponentes más emblemáticos del abstractismo informal, comienza una búsqueda marcada por la puesta a punto de procedimientos siempre nuevos para transferir el gesto sobre la superficie pictórica.
El artista realiza el lienzo Rayonnement, elegido entre una serie de composiciones expuestas en 1964 en la Galerie de France de París, escondiendo debajo de un velo negro los colores anteriormente extendidos sobre el lienzo. Arañando la pintura hace emerger las luminosas tonalidades subyacentes en cruces de líneas, que crean un efecto de centelleo, similar a la huella que deja un relámpago en el cielo oscuro. Una sugestión que hunde sus raíces en la pasión que el artista manifiesta desde jovencísimo por la astronomía y, en particular, por las señales que deja el movimiento de los cuerpos celestes.