Museos Vaticanos

Scipione pinta Il principe cattolico entre 1929 y 1930, cuando hace poco que ha terminado sus estudios. Su cercana relación con Mario Mafai y Antonietta Raphaël influye en el joven artista, que precisamente en esos años realiza algunas de sus obras maestras más importantes, elaborando soluciones formales adecuadas a su vena visionaria. Expuesto en 1930 en la exposición que la Galería de Arte de Roma dedica a las obras de Scipione y Mafai, Il principe cattolico pertenece a esta afortunada etapa creativa. La tristeza cromática, la definición sumaria de la figura, el ambiente tétrico son elementos que identifican su pintura. El artista ofreció la tabla al sujeto representado, el príncipe Ruspoli, entonces asistente al solio pontificio, que rechazó el obsequio, según el poeta Leonardo Sinisgalli porque el retrato se había llevado a cabo con la misma crudeza y verdad con la que Scipione pintaba sus naturalezas muertas.