Museos Vaticanos

Estas cabeza de joven, tan distante del imaginario que vincula el nombre de Giacometti a gráciles apariciones espectrales, es un ejemplo espléndido de sus ensayos juveniles.
El escultor la realiza alrededor de 1923, durante una de sus estancias en Stampa, en Suiza. Desde París, adonde se traslada el año anterior, el artista regresa a menudo a su ciudad natal, en Val Bregaglia; el yeso representa a Ida, una joven que ayudaba a la madre de Giacometti en las tareas de limpieza de la casa, a la que el artista pide posar para él. A los años del aprendizaje parisino, marcados por el contacto con el ambiente de las vanguardias, se remontan los demás yesos. Éste, inicialmente regalado por el mismo Giacometti a su tío Zaccaria, es donado por Mons. Luigi Del Pietro a Pablo VI después de la muerte del artista.