Fritz Wotruba, Der Denker

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Fritz Wotruba, Sitzender Figur (Der Denker), 1948 © Fritz Wotruba Privatstiftung, Wien
Fritz Wotruba, Der Denker
Salas 15 y 16. Los primeros años del s. XX en Alemania

Las dos líneas directrices de la obra de Fritz Wotruba son un interés constante por la figura humana y el fuerte valor arquitectónico de sus creaciones plásticas. El Pensador de 1948 sintetiza ambos aspectos y representa uno de los ejemplos más completos del viraje estilístico que sufre su producción en 1946, cuando, terminada la Segunda Guerra Mundial, el artista regresa a Viena desde el exilio en Suiza y se convierte en Director de la Academia de Bellas Artes de la ciudad. Inicialmente interesado en la entalladura, a mediados de los años 40 Wotruba pasa de un enfoque más clásico, atento a la anatomía, a una concepción estructural de la figura humana, vista como composición de bloques yuxtapuestos, apenas esbozados en la piedra. A ese proceso de descomposición y recomposición geométrica está sometido Der Denker de 1948, importante etapa de una investigación que lo lleva a concebir la figura humana como una obra de arquitectura.