Museos Vaticanos

Realizada en 1913, la Procession des pénitents de Furnes pertenece a un período de crisis de Ensor, que en los años 10 elige los temas religiosos para dar voz a la angustia por la progresiva pérdida de la vista y los problemas de carácter familiar. El pintor se confronta aquí con un acontecimiento tomado de la tradición medieval: la Procesión de los Penitentes de Furnes, durante la cual hileras de encapuchados desfilan con los pies desnudos por la ciudad belga, llevando una pesada cruz. Ensor recrea el ambiente de participación caótica, diseminando las figuras alrededor del crucifijo. Para recalcar el valor de hodierno Vía Crucis que se otorga al evento, la presencia en primer plano de Cristo, acompañado por una hilera de corrosivas caricaturas humanas, típica del universo iconográfico de Ensor, que aquí reelabora su celebérrima Entrada de Cristo en Bruselas de 1889 (Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Anversa).