Max Ernst, Kruzifix

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Max Ernst, Crocifisso
Max Ernst, Crocifisso
Salas 15 y 16. Los primeros años del s. XX en Alemania

La pequeña pintura es una pieza de importancia excepcional, puesto que se trata de un rarísimo testimonio de la formación en ámbito expresionista de uno de los protagonistas más significativos del siglo XX. Ernst lo realiza en los años en que frecuenta August Macke, a quien conoce en 1912, cuando con Klee, Kandinsky, Marc y Gabriele Münter ya formaba parte del grupo Der Blaue Reiter. Precisamente en ese período Ernst decide dedicarse completamente a la pintura. El Crucifijo revela el interés del artista por la anatomía de Cristo, representado en una pose que pone de relieve su extrema tensión muscular. Asimismo, el uso de los colores, en particular el rojo con el cual subraya los confines del cuerpo, contribuyen a atraer la mirada sobre el estado de sufrimiento del martirio.