Museos Vaticanos

Durante el vasto trabajo que Tano Festa lleva a cabo a partir del infinito repertorio de imágenes que ofrece la Capilla Sixtina, el artista elige técnicas diversas para reelaborar los detalles de los frescos de Miguel Ángel. Para realizar Il Miliziano morente utiliza la ampliación de una fotografía histórica Alinari, aplicada sobre una gran tabla y rodeada por un sutil marco negro. Contenida entre dos paréntesis asimétricos de color rojo fuerte, la imagen crea un resultado de gran impacto visual: delimitando el rostro de Adán el artista transforma el sentido de su mirada que, perdida una meta visible, remite a un más allá sin nombre. Otro cambio de significado deriva del título elegido para la obra, que lleva al modelo formal clásico, enlazando así nacimiento y muerte y modificando radicalmente el valor semántico del tema inspirador.