Museos Vaticanos

Lucius Cornelius Atimetus, que dedica el ara quizá con ocasión de la muerte de su liberto (libertus) Epaphra, destinándola también a sí mismo, a los demás libertos y descendientes, no quiso dejar un modesto sepulcro, sino un auténtico monumento representativo de su actividad laboral y de ellos mismos. Atimetus era muy probablemente el titular de una herrería especializada en cuchillos, Epaphra un colaborador o socio en la gestión. El frontal inscrito del ara está cerrado por dos parástades coronados por capiteles y la cara opuesta muestra el vaso y el plato hondo símbolos del rito funerario, mientras que en los dos lados encontramos dos escenas figurativas: en una parte, el laboratorio con dos hombres batiendo el hierro en el yunque delante de productos ya acabados; en otra, la tienda con los cuchillos expuestos en venta detrás de un mostrador que separa al vendedor y a un cliente que está comprando.