Lápida con epitafio de una peluquera

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Lápida con epitafio de una peluquera
Lápida con epitafio de una peluquera
Sección VI. El mundo del trabajo. Profesiones y oficios

Los retratos femeninos revelan la gran atención de los Romanos por los peinados, cuyos cambios en el tiempo proporcionan elementos preciosos para la datación. Las matronas romanas tenían una multitud de siervas que se dedicaban cada mañana al cuidado de sus cabellos: entre estas estaba la ornatrix, que realizaba el tocado peinando la cabellera y fijándola con pasadores que ponía una segunda sierva, mientras que una tercera aguantaba el espejo. A los lados de la lápida sepulcral de la benemérita Cypare se representan peines, pasadores o agujas (las excavaciones arqueológicas hallaron este tipo de objetos), que fue enterrada por Polydeuces, quizá el marido. No sabemos si trabajaba en una domus importante o autónomamente, como otras ornatrices que ejercían su actividad en Roma, por ejemplo, Pollia Urbana en el Campus Martius y Nostia Cleopatra en el Vicus Longus (también de ésta última conservamos la lápida sepulcral: pared 1A,1).