Museos Vaticanos

Claudia Veneria, en un terreno de su propiedad ubicado en una calle desconocida para nosotros, hizo construir en vida una tumba (monumentum) sellada con un muro de piedra seca (maceria) que comprendía un jardín (hortus) con anexa posada (meritoria) y establo (stabulum) para viajeros de paso. El sepulcro estaba destinado al hijo Narcissianus, a los esclavos liberados (liberti) propios y del hijo, con la cláusula de que nadie lo vendiese, sino que todos los destinatarios y sus descendientes siguiesen siendo poseedores y frecuentadores asiduos, a fin de que el bien permaneciese en propiedad de la familia y de sus seres queridos. El motivo de esta cláusula, bastante generalizada en las costumbres antiguas, era no sólo mantener viva la memoria de los difuntos y el cuidado del sepulcro común, sino también dar continuidad a la gestión de la posada fuente de renta. Lo que estaba escrito en los últimos dos renglones borrados con cincel es imposible decirlo.