Sala I. Restos epigráficos

La cancela de la entrada de hierro decorado con elementos vegetales nilóticos y la arquitectura de la sala, con una alta cornisa de gola egipcia y dos imponentes columnas papiriformes, introducen al visitante en el mundo faraónico y son un importante testimonio del primer montaje dieciochesco del museo.
Esta primera sala, dedicada a los restos epigráficos, alberga en el centro una estatua fragmentaria de Ramsés II en el trono, grabada con las cartelas del soberano.
Las obras están expuestas en las paredes siguiendo el orden cronológico, a partir del Antiguo Reino a la izquierda de la entrada. Se fechan del Antiguo Reino dos interesantes estelas funerarias de falsa puerta.
Entre estas se expone un fragmento parietal en piedra caliza, que representa una escena ambientada en un cañaveral, que con anterioridad se fechó erróneamente en el Antiguo Reino. El relieve se sitúa en el llamado “Renacimiento saíta” (XXVI dinastía), momento en que se vuelve a los modelos de las épocas más antiguas, y podría provenir de la Tumba Tebana 34 de Montuemhat, una de las tumbas más imponentes de Tebas Oeste, en la zona del Assasif.
La sala alberga, por otro lado, una interesante gran estela conmemorativa, en la que la reina Hatshepsut (XVIII dinastía) está acompañada por su sobrino, el futuro Tutmosis III.
La estatua naóforo de Oudjahorresnes, representado con una larga túnica grabada, es el documento histórico más importante de la colección. El texto se fecha en la época de la conquista persa de Egipto, que Cambises invadió en el año 525 a.C.
En esta sala se conservan también inscripciones del Egipto cristiano, que concluyen el itinerario a la derecha de la entrada.