Museos Vaticanos

Las estelas funerarias, en palabras de los propios egipcios, servían para "dar vida al nombre" del difunto y garantizarle la vida ultraterrena. Representado en el gesto de recibir obsequios y ofrendas de miembros de su familia, el difunto aparece sentado delante de una mesa puesta.
La estela de "falsa puerta", que es una evolución de la costumbre más antigua de enmarcar las estelas en la fachada de un palacio, se encontraba en la tumba, concretamente en la capilla funeraria, lugar accesible a los vivos y a quien ejercía el culto por el difunto. Precisamente delante de esta “puerta” los familiares en vida depositaban las ofrendas de alimentos y bebidas necesarias para su vida ultraterrena.
Esta estela pertenecía a Iri-en-achti, llamado Iri, que ejercía la función de sacerdote del culto del faraón Keops (IV dinastía) y de superintendente de su pirámide en Guiza, la más majestuosa jamás construida.