Estela copta

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Estela copta
Estela copta
Sala I. Restos epigráficos

En el período copto las estelas funerarias formaban parte de la arquitectura de las tumbas y a través de la inscripción funeraria mantenían viva la memoria del difunto para los vivos. Realizadas en su mayoría en piedra caliza y arenisca —aunque también las había en mármol, alabastro, granito, madera y terracota—, se introducían dentro de una hornacina excavada en el túmulo que recubría la tumba o se colocaban en las capillas funerarias, aunque a veces también se ponían directamente en el suelo para cubrir la fosa.
En base a su forma, a las fórmulas epigráficas y a la iconografía, se identifican conjuntos homogéneos de estelas funerarias, que se refieren a diversas áreas del territorio egipcio.
La estela en objeto presenta las características típicas de la producción del Egipto Medio. Completamente desprovista de un soporte figurativo, presenta 24 líneas grabadas, en parte fragmentarias, que reproducen un texto en lengua copta definido de tipo “letanía”, con una secuencia de santos en orden jerárquico. El rango mayor se atribuye a los dos arcángeles, Miguel y Gabriel, que se encuentran al inicio del texto. Sigue la invocación a la Virgen María, a los progenitores Adán y Eva, a los 24 ancianos, a los patriarcas, los profetas, los apóstoles, los mártires, los confesores, los arzobispos y los obispos. Sigue después la lista de los santos monjes, entre los cuales Apolo, Phib y Anup, los santos de la llamada “tríada” de Bawit, así como Macario, Moisés y Jeremías, que preceden a la fórmula de petición de misericordia para el difunto, de nombre Teleme, seguida de la fecha de su muerte, que sin embargo ya no es legible.
No se conoce el contexto del hallazgo de esta estela, descubierta por el célebre arqueólogo inglés W.M.Fl. Petrie en 1913, pero la mención de los santos de Bawit nos sugiere que probablemente provenga de un cementerio de ese monasterio.