Sala II. Trajes funerarios del antiguo Egipto

El pasaje entre dos columnas papiriformes introduce a la sala II, que presenta, en el marco decorado, en la parte superior, una larga inscripción jeroglífica compuesta por el padre Luigi Ungarelli, primer responsable del Museo. El texto celebra la fundación del Museo Gregoriano Egipcio por voluntad del papa Gregorio XVI en 1839, en el IX año de Su Pontificado. El nombre del papa está escrito dentro de una cartela, como el de un faraón.
La sala está dedicada a los trajes funerarios del antiguo Egipto. El recorrido se articula en siete vitrinas, dispuestas alrededor de una vitrina central, en la cual se exponen algunos sarcófagos de madera polícroma fechados en el Tercer Período Intermedio y una reconstrucción de un ajuar funerario de esa época.
Los egipcios prestaban especial atención a la construcción y decoración de la tumba, considerada la “casa de la eternidad”, donde el difunto era reengendrado y donde se conservaba todo aquello que iba a necesitar para una vida ultraterrena serena.
En esta sala se exponen también dos momias, expresión del gran cuidado con que los egipcios conservaban el cuerpo, condición indispensable para poder acceder al Más Allá.
Es de Edad Romana el espléndido lienzo de lino que envolvía el cuerpo de una mujer noble, conocida como la “Dama del Vaticano”, proveniente de la ciudad de Antinoe.
Igualmente de Edad Romana el retrato del Fayum de joven hombre, una tabla de madera finamente pintada que se ponía sobre el rostro del difunto entre las vendas, con las mismas funciones de una máscara: para la protección del rostro o en sustitución del rostro en el caso de que se hubiese deteriorado.