Sala III. Reconstrucción del Serapeum del Canopo de Villa Adriana en Tívoli

La sala III conserva todavía parte de la decoración ochocentista original del museo, con paredes pintadas al temple con ambientes exóticos y de falso alabastro, cornisas de gola y techo estrellado.
Aquí se exponen algunas estatuas halladas en Tívoli, en la zona de Villa Adriana, la célebre residencia construida por voluntad del emperador Adriano (117-138 d.C.). Probablemente adornaban ambientes de inspiración egipcia de la villa.
La planta de la sala se basa en la hipótesis de reconstrucción del Serapeum del Canopo de la villa, tal y como la elaboró el egiptólogo Jean-Claude Grenier, que fue responsable del museo. En el s. XVIII se buscaba aquí la tumba de Antinoo, en este área identificada como un Serapeum, o sea un lugar de culto egipcio dentro de la villa. Se trata de una compleja estructura formada por una exedra circular y una larga pila llena de agua. Grenier la interpretó como una reproducción simbólica de Egipto, del Alto Egipto (la pila) y del Bajo Egipto (la exedra), inundados por el Nilo. En este lugar, un auténtico Serapeum, el culto del dios Serapis se asociaba al culto de Antinoo, divinizado post mortem como Osiris-Antinoo. De una estatua colosal de Isis-Deméter, colocada en una gran hornacina, brotó el agua del Nilo que inundaba Egipto. Diversas otras estatuas decoraban las hornacinas alrededor de la pila y la exedra.
En estos últimos años se puso en tela de juicio la teoría del Grenier, tras las excavaciones más recientes en la villa, incluido este sector. Parece más bien tratarse de un área de banquetes, ya que se encontraron dos triclinios, un stibadium y letrinas. El nombre Canopo, por tanto, podría derivar más correctamente de la ciudad del Delta egipcio, no lejos de Alejandría, conocida en Edad Romana como un lugar de placer, por su ambiente saludable, la buena cocina y sus numerosas diversiones.
Excavaciones recientes de la Dirección General de Arqueología del Lacio identificaron asimismo el llamado Antnoeion, construido por el emperador en memoria de su favorito Antinoo, fallecido ahogado en el Nilo durante su viaje a Egipto como parte del séquito del propio Adriano en el año 130 d.C. En esta zona sagrada probablemente se erigía también el obelisco del Pincio, los dos grandes telamones que también se conservan en los Museos Vaticanos, y numerosas estatuas egipcias halladas en la villa.