Estatua del dios Bes

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Estatua del dios Bes
Estatua del dios Bes
Sala V. Estatuario

Bes, el dios egipcio protector de los infantes y de las madres gestantes, se distinguía por su iconografía inusual. El cuerpo es macizo, las piernas arqueadas, el rostro similar a una máscara con boca rechinante y lengua colgante, los ojos (grandes e hinchados) coronados por profundas arrugas.
En este ejemplar, de Edad Romana, se observan algunos rasgos tradicionales, entre los cuales la frente baja, la nariz corta y aplastada y la barba en forma de abanico; pero aquí el dios aparece sentado sobre una roca, con las manos apoyadas en las rodillas, como en otros dos ejemplares hallados en Roma y actualmente conservados en el Museo Barracco y el Fitzwilliam Museum de Cambridge.
La boca probablemente se retocó en época moderna y el labio superior es saliente, demarcando una diferencia con la iconografía tradicional egipcia.
Sobre la cabeza se abre un orificio en el que debía haber un atributo en metal o el perno que sujetaba otro elemento en piedra, quizá el tocado de plumas característico de Bes.
Una piel de león cubre la cabeza y el dorso, anudándose sobre la boca. Las patas anteriores del león están apoyadas en uno de los hombros del dios, las inferiores adhieren lateralmente a los muslos. La melena es como una cresta de grandes mechones que se alargan divergentes por la espalda.
En el cuello lleva una bulla, un atributo insólito para esta divinidad en ámbito egipcio, pero que en el mundo romano se asociaba a la infancia y tenía valor apotropaico. Este detalle confirma una comprensión y una asimilación de parte de la cultura romana del significado original de esta divinidad.
La estatua fue adquirida en 1814 al anticuario Francesco de Sanctis.