Urna para momia de gato

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Urna para momia de gato
Urna para momia de gato
Sala VI. La Colección Carlo Grassi

Los gatos en bronce de esta tipología eran exvotos, que contenían una momia de gato. Generalmente se mataba al animal en edad joven por estrangulamiento o por fractura de la columna vertebral. Los hallazgos de gatos de bronce son numerosos en las necrópolis, en Bubastis en particular, la ciudad de la diosa gato Bastet, pero también en otras localidades del Medio y Alto Egipto.
Esta diosa, originalmente una terrible leona, era adorada bajo el aspecto de una gata benévola, a la que regularmente había que tranquilizar mediante el ritual. Hija del dios sol, se la identificaba con “el ojo de Ra”, que destruye a su eterno enemigo la serpiente Apopi. Venerada desde el Antiguo Reino en la ciudad de Bubastis (actual Tell Basta), en el Delta oriental, su culto alcanzó la máxima difusión en la Edad Tardía y la Edad Grecorromana. En su templo, ampliado a lo largo de los siglos, se celebraba una gran fiesta en su honor, que el historiador griego Herodoto describe como una de las más magnificentes.
Este ejemplar en bronce representa a un gato, de dimensiones ligeramente superiores a la realidad, sentado sobre las patas posteriores. Los ojos, que se perdieron, estaban realizados con pasta vítrea o piedra, y las orejas tienen el orificio para los pendientes, que también se perdieron. La decoración, grabada, está constituida por un collar de conchas alternadas con perlas esféricas, del cual cuelgan un ojo udjiat, símbolo de regeneración, y un peto hemisférico coronado por una cabeza de león, quizá una referencia a la diosa Bastet como leona; hay un escarabajo grabado en la cabeza, otro símbolo de regeneración.
Sobre la estatuilla se conservan los restos de las vendas de lino que originalmente la envolvían, pegados a la superficie con una sustancia resinosa.
El objeto llegó al Vaticano en 1847, junto con otras urnas de bronce y momias de gato.