Museos Vaticanos

Esta estatuilla en terracota ingresó en la colección en 2001 junto con otros restos de la colección de mons. Salvatore Garofalo. Su proveniencia cierta, Palestina, les confiere un valor científico especial si se considera la raridad de ejemplos de figuritas humanas figulinas pertenecientes a esa zona y a los primeros siglos del II milenio. La estatuilla fue moldeada a mano con una técnica mixta, realizando el busto y la cabeza en un plano y las extremidades a tutto tondo; precisamente la posición de los brazos y las piernas constituye un indicio particularmente útil para su interpretación, a la vez que atribuye unicidad al objeto en el ámbito de la producción local contemporánea. Ejemplares de coroplastia coeva muestran, en efecto, figuras humanas con brazos abiertos en cruz y horizontalmente y, sucesivamente, plegados sobre el pecho; en el ejemplar vaticano los brazos se lanzan hacia adelante para sujetar u ofrecer algo que tiene en la mano. Observando con atención las piernas abiertas y las extremidades inferiores se nota también que no pueden constituir un soporte estable, lo cual indica que la estatuilla no estaba hecha para ser puesta en posición erecta.
Se considera que este objeto tenía una función ritual y que debía ser ocultado, probablemente después de una combustión ritual de la que quedan huellas visibles.