Espejo grabado con Calcante

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Espejo grabado con Calcante
Espejo grabado con Calcante
Sala III. Bronces

Una clase particularmente representativa de la artesanía etrusca es la de los espejos de bronce, decorados con grabados o, más raramente, con relieves en la superficie opuesta a la parte que refleja la imagen. Se distribuyen cronológicamente entre el siglo VI y el III a.C., con particular desarrollo en el siglo IV a.C.
Este famoso espejo representa a un viejo arúspice concentrado en examinar el hígado de un animal sacrificado para leer los agüeros. La inscripción etrusca lo califica como Calchas, o sea, el mítico adivino griego Calcante aquí representado en la versión iconográfica etrusca con el atributo de las alas, evidente connotación que recalca su función de mediador entre la realidad terrena y el mundo trascendente. Nótese el pie apoyado en una roca, acción esencial en el proceso adivinatorio por parte del arúspice quien, de esta manera, establece un contacto con lo terrenal como sede de la esfera natural y del mundo subterráneo.