Museos Vaticanos

La antefija se colocaba como elemento final de la cobertura del techo con bocatejas, encima del alero, de manera que constituyese una decoración serial. A veces estaba provista también de una especie de horquilla metálica de tres dientes que en las estatuas antiguas servía para tener alejados a los pájaros. Estas dos —respectivamente con cabeza de ménade y cabeza de sileno— pertenecían al techo de un templo en el cual se alternaban los dos temas y los relativos colores en el fondo del nimbo: negro para las ménades, rojo para el sileno. Es característico el amplio nimbo, con adornos en forma de hojas de palma alternadas con flores de loto, que las diferencia de las antefijas arcaicas, llamadas de primera fase, que carecían completamente de ellas. Conservan buena parte de la policromía original. Se trata de antefijas muy recurrentes en Cervéteri, donde se hallaron en 1870 junto a otras, que después en parte ingresaron en los museos de Copenague, Berlín, Londres y París.
La cabeza de ménade está adornada con una diadema con rosetas y dos grandes pendientes de racimo. La cabeza de sileno se caracteriza por su aspecto espantoso: larga barba, ojos desorbitados y arcadas arrugadas, narices alargadas, dientes descubiertos, grandes orejas equinas; coronan la frente hojas de hiedra.