Museos Vaticanos

Este retrato, modelado directamente en arcilla y no con un molde, quizá formaba parte de una estatua votiva. Presenta rasgos fisonómicos muy característicos, que han inducido a reconocer en él a un desconocido personaje de origen céltico. Entre los elementos de caracterización individual destacan la frente baja, las orejas de soplillo, las arrugas, los bigotes cortos y los espesos mechones de una tupida cabellera. En este sugestivo retrato de “Bárbaro” convergen los procedimientos estilísticos de la técnica del retrato alto-helenística combinados con la tradición medio-itálica del tiempo, en la cual se prefiere acentuar los caracteres individuales y una cierta expresividad. Como ejemplos cabe citar el célebre retrato broncíneo del “Bruto Capitolino”, por su boca —con los labios cerrados y alargados—, así como el “retrato” pictórico de Vel Saties en la tumba François de Vulci, que presenta la misma connotación fisonómica de los bigotes.