Museos Vaticanos

El sarcófago fue hallado en la basílica de San Sebastián, en la vía Appia y antes de llegar al Museo Cristiano (1757), reducido únicamente al frontal, sirvió de sepulcro a un Cardenal en la basílica de Santa María La Mayor. Como deseo para el difunto, el hermoso friso en altorrelieve recorre la Historia de la Salvación, a partir de Adán y Eva expulsados del Paraíso, que reciben de Dios los símbolos del trabajo (el ramo de espigas para Adán, que indica la agricultura, fue sustituido por un bastón en la restauración del siglo XVIII); siguen algunas representaciones de milagros de Jesús, interrumpidas en el centro por el episodio de la entrada en Jerusalén, con la figura de Cristo sobre el asno inspirada en el ceremonial de las visitas imperiales. Las escenas de los milagros subrayan, por último, el poder salvífico del Mesías: la curación del paralítico, el agua convertida en vino en las bodas de Caná, la curación del ciego de nacimiento y la resurrección de Lázaro.