Museos Vaticanos

Rostro ideal de figura viril de dimensiones superiores al real, de alta calidad pictórica y de gran expresividad. Ligeramente girado hacia la izquierda, tiene grandes ojos castaños, de corte alargado, coronados por una línea superciliar marcada, que dominan el rostro, confiriéndole un carácter enérgico. La tonalidad de color originaria de la obra ha cambiado a tonalidades de aguafuertes que no corresponden en absoluto a las que debía tener antiguamente: el pelo y la barba rizados, de un moreno más oscuro, probablemente resaltaban sobre el colorido claro del encarnado y la venda púrpura (apenas visible un borde detrás de la nuca) probablemente se recortaba sobre el pelo y la frente.
El fragmento pictórico fue hallado en 1802 en Ostia, en un gran vano cuadrangular de función incierta, decorado con otras figuras masculinas y femeninas de iguales dimensiones.