A partir de la convicción de que el cuidado de las obras comienza con el análisis de las condiciones medioambientales que pueden generar riesgos para la conservación de los objetos, se dedica mucho del tiempo disponible a la monitorización microclimática y medioambiental, que se lleva a cabo mediante una red de más de 100 estaciones de detección, situadas en varios puntos de los ambientes expositivos (salas y galerías) así como en los ambientes de trabajo y de estudio (áreas en obras, laboratorios de restauración y bibliotecas) o de depósito, en cualquier lugar en el que haya obras constituidas por materiales sensibles. La monitorización sistemática de la temperatura y la humedad relativa, la humedad específica, la concentración de CO2, los contaminantes presentes en forma de polvo o gas, los valores de iluminación y las radiaciones ultravioletas, se lleva a cabo “in loco” o por control remoto, y valiéndose de los sensores más sofisticados.
Gracias a las informaciones que se obtienen con el monitoreo, la Oficina está en condiciones de enviar a la Dirección, a las Secciones y a los Laboratorios de restauración, actualizaciones y notas periódicas acerca de los problemas detectados.
El objetivo de la monitorización medioambiental, junto con las inspecciones semanales de los ambientes donde están en funcionamiento aparatos de acondicionamiento, es lograr señalar posibles anomalías y activar intervenciones técnicas tempestivas, así como producir datos útiles con vistas a programas de restauración y proyectos de adecuación de las estructuras, las instalaciones o los espacios expositivos. En este campo, la Oficina del Conservador, desempeña la función de “cabina de control” para la detección, la difusión y el uso de los datos que se van adquiriendo.
La finalidad de los planes de gestión del patrimonio, en cambio, es contener los efectos del desgaste físico y la presión antrópica, y consisten en la revisión periódica y el mantenimiento de los itinerarios y los ambientes de exposición, así como de las miles de obras distribuidas en estos o conservadas en los depósitos, con la siguiente organización:

  • mantenimiento ordinario de las colecciones (desempolvadura, control y documentación del estado de conservación de las obras expuestas);

  • mantenimiento ordinario de los depósitos (monitorización medioambiental, control y revisión de las obras y las instalaciones);

  • mantenimiento ordinario de las decoraciones y de los pavimentos de valor (inaugurado en 2013 y dedicado al restablecimiento de las superficies de las paredes y a la reparación de los pavimentos y de los suelos taraceados de mármol afectados por el desgaste).