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Laboratorio de restauración de tapices y tejidos

Laboratorio de restauración de tapices y tejidos

Las siete restauradoras llevan a cabo diariamente actividades de restauración, mantenimiento ordinario o intervención de emergencia. Con ocasión de exposiciones o eventos expositivos especiales, sin embargo, se monitorizan y supervisan todas las fases de desplazamiento, transporte y montaje de las relativas piezas.

Por una parte, el uso de materiales tradicionales como lana, seda y lino se ha mantenido fielmente en el tiempo, por otra, la introducción de hilados y tejidos tecnológicamente innovadores o de equipos de alta tecnología —como la máquina de tintura y los telares mecánicos— ha representado una gran ayuda para la actividad de mantenimiento, limpieza, tintura y restauración de las obras.

El Laboratorio cuenta con numerosas máquinas y poleas especiales que mueven delicadísimos tapices de incluso 10 metros de longitud, así como telares mecánicos construidos ad hoc que, para el control del anverso y del reverso de las obras, pueden girar incluso 360 grados. El ambiente, además, está dotado de una pila de lavado de grandes dimensiones para la delicada limpieza a base de agua y sustancias tensoactivas, y de una sofisticada máquina para la tintura de los hilados y los pequeños soportes que, gracias a un software innovador, realiza la repetición perfecta de los colores.

El laboratorio, al elegir adoptar criterios de restauración que favorezcan la conservación de la pieza —respetando los principios fundamentales de que se pueda reconocer, sea reversible y no invasiva— se ha dotado de un protocolo específico y rígido para el desarrollo de cada actividad de restauración. En efecto, preceden a cada tipo de intervención una minuciosa documentación gráfica y fotográfica e investigaciones diagnósticas en profundidad. A continuación se procede a una limpieza mecánica con remoción —donde sea necesario— de antiguas intervenciones de restauración y sucesivamente a la preparación para el lavado y a la limpieza química. Concluyen todo el proceso la tintura de los soportes y los hilados y la consolidación final de las zonas deterioradas para preservar y conservar la obra. El estudio minucioso del sistema de exposición forma parte integrante de la operación de restauración.

La restauración y el mantenimiento de tapices y tejidos es una actividad que requiere tiempo, dedicación y paciencia. Baste pensar que, en condiciones normales, en una jornada laboral se logra “sanar” apenas diez cm² de tejido y se puede llegar a emplear incluso cuatro años para restaurar un tapiz de tamaño medio.