Giacomo Manzù, Ritratto di Francesca Blanc

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Giacomo Manzù, Ritratto di Francesca Blanc
Giacomo Manzù, Ritratto di Francesca Blanc
Sala 6. Escultura italiana años 20 – 50

Este bellísimo bronce, que ingresa en las colecciones vaticanas en 1975, representa a la hija de la donadora, la baronesa romana Anita Blanc, que en 1940 llama a Manzù para retratar a la niña. El artista ejecuta la obra, alternando estancias en Roma con su vida milanesa. Realiza bosquejos y bocetos —el dibujo a sanguina Studio per Francesca (1939-1940), presente en la Colección, la retrata desnuda, con las zapatillas de danza—, que narran las varias posibilidades hipotéticas antes de la definición final, en las que la niña está medio tumbada, en una pose melancólica, con ondulante elegancia, las incipientes sinuosidades desveladas pero protegidas entre las piernas cruzadas. «Creo que acabé en 1941 —recuerda el artista— contento de haber hecho esta flor sin hojas, porque frente a la belleza infantil el ánimo se nutre de pureza».
Expuesto en la IV Cuadrienal romana en 1943, el retrato ganará el “Gran Premio” de Escultura.