La directora Barbara Jatta
Dar a conocer, preservar y compartir el extraordinario legado de cultura, historia y belleza que los Pontífices romanos han recogido y custodiado durante siglos
Navegación secundaria
Dar a conocer, preservar y compartir el extraordinario legado de cultura, historia y belleza que los Pontífices romanos han recogido y custodiado durante siglos: esta es la misión de los Museos Vaticanos hoy.
Los Museos Vaticanos, en plural, porque se trata de un complejo de colecciones distintas y todas extraordinariamente importantes : egipcias, etruscas, griegas y romanas, cristianas, epigráficas, hasta llegar a la pintura de los varios siglos y al gran Renacimiento de Rafael y Miguel Ángel, con las “Estancias” y la Capilla Sixtina. Además, las artes decorativas, las colecciones etnológicas, las colecciones históricas, las carrozas y las berlinas papales hasta llegar al arte moderno y contemporáneo.
Un museo dinámico en el cual tradición e innovación encuentran una síntesis perfecta, en la que se concreta lo que la Iglesia Romana persigue desde siempre en sus instituciones culturales.
Tradición que se remonta al papa Julio II, a 1506, año de la creación del “Patio de las Estatuas”, las más célebres en Roma en ese momento, en pleno corazón del Belvedere Vaticano. Después a la gran temporada museística del siglo XVIII, pasando por Canova y llegando, con el papa Pío XI al día siguiente de la firma del Tratado Lateranense de 1929, a un ordenamiento institucional orgánico y eficaz de los Museos, abiertos al mundo con la puerta realizada en las Murallas Vaticanas. Tradición que es tutela, restauración, conservación y valoración de las colecciones a través de estudios, investigación, didáctica, proyectos internacionales, congresos y exposiciones.
Innovación que hoy es imprescindible para el funcionamiento de una Institución que acoge a millones de visitantes cada año y en la que cada día trabajan cerca de mil personas, entre empleados y colaboradores. Innovación que permite gozar de modo dinámico y actual de las colecciones de los Museos, y mediante este nuevo sitio web llegar a los lugares más remotos de nuestro mundo.
Deseo que cada uno de los visitantes, al entrar en los Museos Vaticanos —virtualmente, mediante estas páginas electrónicas, y más aún físicamente— sienta con fuerza el privilegio de encontrarse dentro de la Belleza que lleva a la Fe y que este instrumento informático sea asimismo un vehículo para el conocimiento, la armonía y la espiritualidad.