Galería de los Tapices
Galería de los Tapices
La actual Galería de los Tapices estaba originalmente dividida en dos tramos. Entre 1788 y 1789, bajo el pontificado de Pío VI Braschi (1775-1799), el primero de los dos espacios, el más próximo a la Galería de los Mapas Geográficos, fue compartimentado para obtener tres salas que acogieron la primera Pinacoteca Vaticana. La disposición actual, concebida como una galería única, se realizó por voluntad de Pío VII Chiaramonti (1800-1823).
La decoración de la bóveda se remonta todavía al pontificado de Pío VI, quien entre 1788 y 1789 encomendó el trabajo al pintor de Lucca, especialista en la representación de figuras, Bernardino Nocchi, que ejecutó —con la ayuda de Domenico Del Frate— las escenas y figuras, mientras que el pintor ornamentalista Antonio Marini se encargó de la parte decorativa. El programa iconográfico, que despliega la celebración de las virtudes y de las gestas de Pío VI, alegóricamente evocadas en las de algunos emperadores romanos, desarrolla tres temas.
En el tramo contiguo a la Galería de los Candelabros se representan los edictos promulgados por los antiguos emperadores que guardan afinidad con la política de Pío VI: Nerva instituye las alimenta, Trajano ordena la apertura de nuevas calzadas y la ampliación de las alimenta, y finalmente Alejandro Severo, recibiendo los tributos de las provincias, dispone que se destinen a edificios públicos; las escenas principales están enmarcadas por falsos bajorrelieves con las Artes de Palas.
La parte central de la Galería está dominada por el escudo del Pontífice, sostenido por la personificación de la Arquitectura, que lo entrega a la Pintura para que lo coloree y a la Escultura para que esculpa sus elementos ornamentales. A los lados, en dos grandes óvalos, figuran El Genio de las Artes en Augusto y la Magnificencia de Adriano.
Finalmente, en el tramo que precede a la Galería de los Mapas Geográficos, se ilustran algunos episodios tomados de la vida de emperadores romanos que exaltan las virtudes morales de un buen soberano: la bondad, la clemencia y el amor por la paz. En el centro de la bóveda destaca la Clemencia de Tito, flanqueada por dos episodios: la paz firmada por Marco Aurelio en Oriente y la figura de Antonino Pío, alabado por los sabios de su tiempo por su bondad, comparada con la del mítico rey Numa Pompilio.
La Galería acoge hoy tapices procedentes de las antiguas colecciones pontificias.