Museos Vaticanos

Contenía los restos mortales de un individuo de unos 16 años, quizá una mujer joven, ritual y simbólicamente depuestos en una “casa”, para recordar su esencia de persona y su posición en el ámbito del grupo social de pertenencia. El techo, presenta una tupida decoración geométrica grabada (cruces gamadas, meandros, motivos angulares). Es típica de las primeras etapas de la Edad de Hierro etrusco-lacial (s. IX-VIII a.C.), con aislados testimonios en Sabina y Campania. Generalmente iba acompañada por un ajuar, que comprendía vasos, armas en miniatura, adornos, colocado dentro de un gran vaso que después se enterraba. Representa además un modelo para conocer la arquitectura real de estas antiguas viviendas, constituidas por una estructura de palos de madera con paredes de frasca y encañizado. La urna proviene de una necrópolis lacial muy significativa, que podría estar relacionada con el yacimiento de la mítica Albalonga, centro hegemónico y cuna de la civilización latina, ciudad madre de Roma según la tradición antigua. Este tipo de contenedor cinerario, con rituales y simbologías peculiares que se contraponen a la urna cineraria bicónica típicamente villanoviana, se adopta también en Etruria, de donde provienen tanto ejemplares figulinos como más tarde versiones en bronce ricamente decoradas.