Museos Vaticanos

En la Etruria meridional interior, entre el s. III y el s. II a.C., al lado de la producción de sarcófagos en material lítico se afianza una producción característica de sarcófagos en terracota implantada principalmente en Tuscania, centro del que proviene también el monumento funerario con Adonis moribundo.
En esta tapa en forma de klíne, realizada en dos partes separadas, huecas por dentro, está representada una mujer recostada sobre un lado, en la pose habitual en los banquetes; lleva una camisa de manga corta, una túnica con cinturón y una capa por encima de la cabeza adornada con varias joyas: diadema con engastes, pendientes colgantes, collar de cinta plana, anillos, brazaletes y armella. La caja del sarcófago no se ha conservado.
Desde el punto de vista artístico, se observa una decadencia en las formas al modelar el cuerpo de modo esquemático y estereotipado; destaca el motivo firma de los pliegues en forma de almendra sobre el pecho. Se dedicó mayor esmero a la cabeza. Sin embargo, los “retratos” de los sarcófagos siguen tipologías fijas, que buscan satisfacer las casuísticas más recurrentes. Sobre todo las efigies femeninas suelen mantener rasgos más bien impersonales que se ajustan a los modelos cultos tardo-clásicos.