Museos Vaticanos

Una figura masculina está representada supina en el lecho, en pose relajada, tras haber participado en un convite: tiene un brazo doblado bajo la nuca y el otro, extendido a lo largo del cuerpo, aferra una guirnalda. Viste túnica y capa pasada por encima de la cabeza, adornada con una corona lisa. El rostro es ancho, con los grandes ojos característicos con el iris en forma de disco realzado.
Se han descubierto restos de la policromía original: los encarnados en rojo resaltaban sobre el candor de los pliegues claros (blanco de cal con restos de pigmentos); en color oscuro se marcaban las cejas, el iris y los cabellos; en blanco la esclerótica.
En el helenismo medio, frente a una decadencia de las correspondientes versiones escultóricas, los coroplastas mantienen una producción de sarcófagos cualitativamente alta y formalmente autónoma, documentada principalmente en Tuscania y subordinadamente en Chiusi. El taller de Tuscania que realizó esta tapa se adhiere a los cánones estilísticos clásicos, aunque con reelaboraciones originales que a menudo los superan en proporciones y realismo —como sucede por ejemplo a la hora de modelar las extremidades, los pliegues estilizados, el iris saltón —, y a los ojos del observador contemporáneo resulta de una modernidad sorprendente.