Salas XI y XII. Urnas cinerarias de época helenística

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Desde el siglo IV a.C. y durante toda la época helenística, en el interior de Etruria septentrional está especialmente documentado el rito de la incineración, con la consiguiente costumbre funeraria de deponer las cenizas de los difuntos dentro de urnas esculpidas en piedra o modeladas en terracota, generalmente caracterizadas por una viva policromía de la que se han conservado pocos indicios.
En las principales ciudades etruscas de este vasto territorio (Volterra, Chiusi y Perusa) se produjo una gran cantidad de urnas cinerarias, con características artísticas y tipológicas peculiares.
Sobre la tapa de las urnas se representaba idealmente al difunto (o la difunta) semirreclinado en la clásica posición del convidado a un banquete, mientras que en la caja se esculpían escenas mitológicas o bien temas más propiamente etruscos vinculados a la esfera de ultratumba (viaje a ultratumba, ceremonia fúnebre, aparición del cónyuge difunto), fruto de una reelaboración local pero que en cualquier caso tiene en común el uso del mismo lenguaje figurativo de origen helénico.
Las urnas, una de las muestras más características de la artesanía artística etrusca, se esculpían en la piedra natural del territorio: el alabastro en Volterra y Chiusi, el travertino en Perusa, aunque no faltan piedras menos preciadas.
En el Museo Gregoriano Etrusco se encuentran las principales producciones de urnas etruscas.