Museos Vaticanos

En la tapa, no pertinente, está representado un hombre adulto semiyacente, un retrato tipológico no individual, vestido con túnica y capa, que le cubre la cabeza; lleva una pátera repujada (plato para libaciones) y un rhytón (vaso para beber en forma de cuerno) con la parte anterior equina.
El rapto de Helena, representado en la caja, es un tema que afrontan diversos talleres de Volterra. El modelo de referencia se remonta quizá al ambiente cultural y artístico de un puerto de Oriente o de Egipto de época helenística, como por ejemplo Alejandría. A este modelo iconográfico, con Helena que camina sostenida por dos figuras para ser llevada a bordo de la nave, se inspira la pintura pompeyana de la casa del Poeta Trágico alrededor de los años 70-79 d.C.
En los relieves de las urnas etruscas de época helenística, al lado de los temas más explícitamente de connotación funeraria, aparecen temas vinculados al mito y la epopeya, con valor simbólico. Una leyenda —referida en el fragmento de la Palinodia del poeta Estesícoro (630-555 a.C.) y que también menciona Eurípides en su tragedia “Helena”, representada en 412 a.C.— narra, en efecto, que en Troya se llevó a cabo sólo un simulacro, una especie de fantasma de Helena; la auténtica, en cambio, permaneció escondida en Egipto en el palacio del rey Proteo. En consecuencia, Paris, al igual que la muerte, acabó por raptar sólo una forma sin sustancia, mientras que la verdadera Helena siguió viviendo en otro lugar.