Museos Vaticanos

El frontal de sarcófago infantil está decorado con dos escenas bíblicas que aluden a la salvación del pequeño difunto. A la izquierda se reconoce el episodio de Ezequiel y de los huesos que recobran vida: según la narración veterotestamentaria, releída por los cristianos a la luz del anuncio evangélico, el profeta Ezequiel, figura de Cristo, hace revivir una valle lleno de huesos secos, imagen del pueblo de Israel (Ez 37, 1-10). Sigue la escena de la Epifanía: María, sentada en una alta sede, tiene en sus brazos al pequeño Jesús ante los tres Reyes Magos, quienes, guiados por la estrella, llegan con camellos y ofrecen sus regalos. El oro está representado con una corona; la mirra se transporta dentro de un estuche, sobre el que se señala el peso (LXV = 65) para poner de relieve su valor; por último, el incienso aparece en forma de grandes granos puestos en un plato. La escena de la Epifanía decoraba frecuentemente los sarcófagos infantiles, ya que remitía de modo evidente a la representación de Jesús como niño.