Museos Vaticanos

La gran lápida marmórea, que se halló reutilizada en el pavimento de la iglesia de San Martino ai Monti, sellaba originalmente la tumba de la joven Proiecta, depuesta en 383 en un ignoto cementerio del suburbio. La excepcionalidad del epitafio, escrito en versos poéticos con reminiscencias de autores clásicos, como Virgilio y Ovidio, no radica solamente en la elegancia de los caracteres y la encuadernación, sino también y sobre todo en la identidad de su autor, el papa Dámaso (366-384). Dámaso compuso numerosos cármenes, que después grababa en el mármol por medio del hábil calígrafo Filócalo: se trata por lo general de elogios de santos mártires, que se ponían en los sepulcros venerados en los santuarios de los alrededores de la ciudad; la mayor parte de estos cármenes hoy se ha perdido, y se conoce solamente por fragmentos o copias medievales. El caso de Proiecta es uno de los raros ejemplos de una inscripción "damasiana" prácticamente íntegra, concebida como epitafio de una simple fiel.