Francesco Podesti, Proclamación del dogma
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Francesco Podesti, Proclamación del dogma
La Proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción es la primera escena a la que Francesco Podesti se dedica: la más difícil por composición, número de figuras y por la centralidad de Pío IX, quien le encomienda el encargo; y es también la única a la que el artista reserva una meticulosa descripción en sus Memorias.
Podesti se inspira manifiestamente en Rafael y sitúa en la esfera celeste la Trinidad con la Virgen y una teoría de Padres de la Iglesia, Profetas, Apóstoles y figuras del Antiguo y Nuevo Testamento. El artista narra que el Pontífice no quiso que le representara sentado, sino de pie. Un dibujo conservado en la Academia de San Lucas documenta la variación de la composición en base a las indicaciones recibidas. Éste es el único caso en el que Podesti, entre el boceto y la ejecución definitiva, modifica algunos detalles iconográficos significativos.
En el zócalo monocromo, se representan dos escenas relativas a la vida de María, que son el Nacimiento y la Presentación en el templo; en el centro una falsa cartela que además de la dedicatoria, lleva la firma de Podesti: «Franciscus. Podesti. eq. Invenit. Et. Pinxit.»