Bóveda

Bóveda

La decisión de Julio II de volver a decorar totalmente la bóveda se debió tal vez a los serios problemas de naturaleza estática que afectaban a la Sixtina desde los primeros años de su pontificado (1503-1513). Éstos debieron de haber sido la consecuencia de las excavaciones, realizadas tanto a norte como a sur del edificio, para la construcción de la Torre Borgia y del nuevo San Pedro. Tras abrirse una larga grieta en la bóveda en mayo de 1504, se encargó a Bramante, en aquel entonces arquitecto de Palacio, que pusiera remedio; éste colocó unas cadenas en el local ubicado sobre la Capilla. Sin embargo, los daños sufridos por las antiguas pinturas debían de haber sido tantos que convencieron al pontífice a encargar a Miguel Ángel una nueva decoración pictórica. El 8 de mayo de 1508 el artista firmó el contrato que incluía la realización de doce apóstoles en las pechinas y, en la parte restante, motivos ornamentales. Más tarde, bajo petición de Buonarroti en persona, quien consideraba el proyecto "cosa pobre", el papa le dio un nuevo encargo, con el cual se dejaba al artista la total planificación del programa. Sin embargo, es probable que el pintor haya recurrido a la colaboración de teólogos de la corte papal para realizarlo. En el interior de una potente arquitectura pintada, Miguel Ángel puso nueve Historias centrales, que describen episodios del Génesis, con figuras de Desnudos a los lados, que sostienen medallones con escenas del Libro de los Reyes. En la base de la estructura arquitectónica, doce Videntes, es decir, Profetas y Sibilas, se hallan sentados en tronos monumentales a los que se contraponen más abajo los Antepasados de Cristo, representados en las Enjutas y Lunetos (pared norte, pared sur, pared de entrada). Por último, en las cuatro Pechinas angulares, el artista representó algunos episodios de la milagrosa salvación del pueblo de Israel. En agosto de 1510, Miguel Ángel dio por terminada la primera mitad de la bóveda, o sea, desde la pared de entrada hasta la Creación de Eva. El trabajo debió de finalizarse antes del 31 de octubre de 1512, ya que el 1 de noviembre el Papa celebró misa en la Capilla.